miércoles, 31 de diciembre de 2014

Buenas tardes. Hoy, es el último día del año y quería despedirme de la mejor manera que sé. Con algo de literatura, música y habiéndome tomado un café caliente.

"Pensé que  transmitía una sensación de aislamiento, no sé por qué. Aunque su forma de ser y de hablar eran dulces, me pareció que estaba solo."

Esta cita me hizo reflexionar mucho. Me vi reflejada en ella; quizás, también, el miedo que supuso el ver que la escritora reflejó mi posición hizo que saltasen las alarmas. 
Cuando digo la palabra "alarma" siempre proyecto una  imagen:

¡PRECAUCIÓN, PRECAUCIÓN!- vociferaba el policía frente a una maraña de vehículos enfrascados en una discusión.

Esa imagen se ve contaminada por la serie "Walking Dead", excepto porque en la mía hay lluvia y conductores ordinarios; sin ningún atisbo de "Apolapsis Zombie". Que, por cierto, muy buena serie. 
A su vez, en esa imagen se impregna de un monstruo que habita en nuestro interior reptando a través de nuestros intestinos y emerge por nuestros orificios nasales con un tamaño miniatura que le ayuda acceder a nuestro mundo. 
Pero, a la postre, esa secuencia se congela y no avanza. Se queda sumergida en una bruma espumosa, descolorándose y fragmentándose en trozos de cristal. Esto me llevó a la basura. Sí, exacto un cubo de basura invadido por tejones, pugnando por alimentar a sus familias con los desperdicios humanos o "beneficios" que aislamos en una bolsa de plástico. Qué festín para ellos. Y eso es lo que les empuja a incentivar la agresividad ante un "tejón forastero"; sus familias y ellos mismos, necesitan saciar su apetito, aun significando cometer un delito en los suburbios de "Tejón City".

Pero, como el monstruo que nos absorbe y el tejón que se arma de valor para hincar el colmillo, están igual de solos que el chico, amable y afable que irradiaba soledad en la cita. Aún estando sumergido en una conversación amena, con la mejor compañía, las paredes de sus órganos se embadurnaban de suciedad y hacía imposible ver con claridad el valor de las cosas; el valor del terrón de azúcar, de la taza de té, del sabor que espolvoreaba la sala...
Era una persona que con una mirada sonreía, sin embargo, en su interior, un monstruo aguardaba para engullir su figura gallarda. 







domingo, 28 de diciembre de 2014

Saluda a tu invitado.

¿Por qué cuando las personas se amparan tras una sábana resurge una conversación con una misma?

-Nadie sabe hasta qué punto puedo llegar, nadie sabe hasta cuándo pararé con esta mierda.
Estoy enganchada y no puedo evitar sentirme inútil por no alcanzar mis objetivos. Es inevitable desperdiciar el tiempo mientras barajas opciones, mientras éstas están alternándose tú aún dudas si la primera carta que se expuso tenía más posibilidades de encajar contigo que la última. En todo momento desconfío de  mi palabra, de la de mi familia y hasta la de las personas que sólo las reconozco por su nombre, no hay más vínculos. ¿Hasta cuando llegaré a establecerme en un lugar, tener una familia, compartir algo con alguien?
Mi vida comenzó tambaleándose y aun así, hay personas que llevando esa vida pueden explotarla según sus inclinaciones. En cuanto a mí, una mujer ordinaria, me espera un futuro incierto, predestinado a la clandestinidad, a lo obscuro y desvirtuado. 
No aparecerá una esperanza que arrope mis súplicas, nada...

¿Acaso ahí detrás hay algo? ¿Por qué le das tantas vueltas si es indiscutible tu declive? ¿Mejor aún, alguna vez estuviste en alguna cúspide? ¡Bájate del puto pedestal de mentiras!

-No, no quiero, quiero continuar con esto...
Suspiró. Controlaba la situación y hasta reconocía la voz que surgió de la nada.
 
Tras la ventana se asomó una escalera; madera barata y hasta los clavos sobresalían de los rectángulos improvisados. No recordaba una escalera en su ventana.

¡Eres estúpida! ¿Es que no lo ves? ¡Alguien ha situado esta cosa en tu ventana con una única intención! ¿Qué vas hacer, quedarte esperando a que aparezca el lobo feroz?
¡Te comerá, te comerá, te comerá...!

-No, no puede ser, es decir...

¡Sí, sí, es lo que tú quieres! ¿Tan sola te sientes que hasta un puto psicópata es bienvenido a tu habitación? ¡No te estás dando cuenta que éste lo único que desea es abrirte en canal?

-No, pero no puedo abrir la ventana, si me ve, quizá, tenga un arma.

O quizás no...

Un golpe de valor le empapó la espalda, sujetando el pomo de la ventana la trajo hacia su cuerpo, sudoroso, impaciente por el qué pasará. La puerta parecía la entrada a una cueva que al paso que te adentrabas con un faro de luz se hacían más amplias y visibles sus entrañas. 

-Ya está, está abierta. Lo he conseguido.

Muy bien, ahora falta lo mejor...¡Asómate! Aunque...creo que no hará falta.

-¿Cómo?

El edificio que colindaba, casi en ruinas y sucio, tenía muchas ventanas taponadas con madera mientras la única que tenía vistas al exterior estaba asaltada por un hombre.
Sonreía mientras saludaba con la mano. Una sonrisa cónica, desfigurada. Sus dientes eran los únicos que iluminaban la penumbra que almacenaba a sus espaldas. Saludaba con énfasis; quería verse recompensado con el mismo saludo.

¡Pues ya ves, este tío ha puesto una escalera en tu ventana para irse desde esa distancia a saludarte! ¿Por qué no le saludas, eh? ¿No crees que se lo merece? 




Buenos días. Hoy comienzo con una buena taza de café el día. No me augura nada fuera de lo convencional. Continuaré con lo que publiqué ayer, con el trabajo intenso. Estudiar y estudiar. Debo decir que, para mí, el estudiar no es otra cosa que investigar muchísimos temas y sacarle el néctar, su esencia. De esta forma, yo al menos, consigo comprender lo que decía Platón: aprender es recordar. Para mí, no hay mejor manera de recordar que investigar. Es un eterno retorno. 

Pero, no obstante, perseguiré más tazas de cafés y me pondré las pilas para rendir con más énfasis. Sino...me da que no saco provecho de ésto. 




Dentro de poco nos toparemos con un nuevo año y no sé cómo reaccionar. No filtro bien el dar paso a otra etapa. Siempre, cuando toda la familia se reúne y almacena una buena cantidad de sonrisas, siempre hay alguien que desentona por su aura de tristeza. Esa suelo ser yo. No comprendo por qué tres semanas al año tiene que ser motivo de acercamiento, calidez y "amor". No es justificación para olvidar el rencor que se arraigó por una disputa entre hermanos o, una despedida prematura del hogar materno por causas desconocidas.
La permanencia de esos sentimientos hace que cause la frustración y ésta se ve compensada por tristeza en una mesa con veinte comensales. ¿Es justo estar con cara de perro cuando los otros forman un confeti de alboroto? 
Muchas veces me he formulado esa pregunta; a veces siento piedad y acompaño a sus sonrisas con un amago de ternura, en otras ocasiones, insisto en mantenerme petrificada, observando sus gestos mientras escupen vino barato y migas de turrón. 
Es desconsolador. No sabes por dónde salir. No hay un cartel de salida de emergencia o como en las películas: exit.
No puedo trepar ni reptar por ningún sitio que me aguarde un hostal temporal.
¿Hay que suponer que tenemos que adoptar una actitud, para nada la nuestra, que hace cómoda una sesión de una noche con la familia? 
























sábado, 27 de diciembre de 2014

Café y libros. Una locura alcanzada.

Qué menos que un café acompañado de un libro. ¡Qué menos!

Como ya dije, intenté crear otro sitio para mezclar temas que me interesan como la investigación en diferentes ámbitos y algún que otro tema que se colase. Ahora comprendo que el lugar está aquí. En este blog.
Siento mucho dudar de él. Han sido muchísimos años y no lo voy a tirar por la borda. 
Soy libre.

Ayer emitieron el "Hermano Mayor",  y me sorprendió la capacidad de tergiversar que tienen algunas personas para justificar sus actos. En fin, cada uno decide cómo salir de las telarañas de Aracne. Porque, realmente, cuando nos vemos en una situación idéntica, no sé si a más de uno se le entrecortaría la respiración. No sabemos si son ellos (los acusados y por los que el programa está situado tras sus pies) o, por el contrario, son los padres los que incitan esas reyertas. Posiblemente exista un porqué en este contexto. Hay libros, documentales, personas especializadas en psicología social, especializados en adolescentes díscolos, rebeldes, desobedientes... Hay mil y una resolución para este punto en concreto. Sin embargo, ahí estamos nosotros, los espectadores, intrigados por cómo se resolverá y, como en todos los casos, algo curioso, acaban de fábula. 
Todos demuestras tener una actitud propicia para emprender acciones bienaventuradas, angelicales; después de estar durante toda una vida salpicados por el odio, por la penumbra y agresividad. En vez de preguntar qué significa la familia para ellos deberíamos preguntárnoslo a nosotros mismos. ¿Qué es para nosotros ese árbol familiar?
Encontraremos muchísimas respuestas, por lo tanto, no hay que juzgar algo tan variopinto como puede la familia, el núcleo de todo.
Como ya he dicho, es cuestión de la persona en sí,  no del universo. Aquí no puedo participar como testigo, sólo mis ojos han divisado, a través de una pantalla, una escena no la película completa. Me faltan datos. Así no se puede argumentar nada. 

Siempre el mundo nos esconderá alguna pieza del puzzle.





27-12-2014.


Demasiado trabajo. Algo que no significa nada si está  bien invertido. Pero tengo que dedicarle tiempo. Ojalá pudiese dividirme y hacer, a la vez, distintas tareas. Puede llegar a ser complicado pero, ¿por qué debería ser imposible?
Voy a por una café.



No des nada por imposible.


viernes, 26 de diciembre de 2014

26-12-2014.

Cobra un nuevo significado para mí el día 26. Ya no es el día de mi nacimiento sino el día que comenzó una nueva historia  en este blog.
Desde esta mañana,  a lo largo del día, me he puesto unas metas que deberían haber sido cumplidas, sin embargo, lo que más destaco es la desorganización. El desconocer qué hay detrás del telón, el buscar el porqué a todo y, a su vez, desconcertarme la contestación. No hay mayor orgullo para mí que el desorden en sí.
No comprendo por qué hay gente que admira cuando alguien demuestra ser un ordenado patológico. Creo que nunca encontraré una solución a esa curiosa observación
. No soy metódica en absolutamente nada, y admito que desde hace muchos años convivo con la improvisación. Ella me respeta.
Bueno, a todo esto quería decir que el día no es algo que podamos estructurarlo y adjudicarle una orden u obligación específica sino, más bien, es todo lo contrario. Si hacemos eso, tendríamos que cuestionarnos y preguntarnos si realmente vale luchar por la opresión, y no por un día ordinario y azaroso.
Hoy, inauguro este terreno tan yermo y a la vez misterioso. ¿Mis motivos? Todos o ninguno. Nunca una cosa u otra.





Siempre intentando luchar en un momento de tregua; es una mujer obstinada. No podrá más mientras insista en recuperar lo que perdió. No se perdona ni el más mínimo fallo.
Eso no es humano. 



Esta sería la entrada a mi nuevo espacio personal pero...¡¡¡me ha sido imposible!!!

lunes, 22 de diciembre de 2014

Te echaré de menos.

Buenos días. Hoy, un día más escribiendo para nadie. Con los ánimos por los suelos. He de decir que sí, yo no busco el lucrarme con ésto, pero, la verdad es que me gustaría una valoración. Que alguien por un casual me lea y me explique su modo de juzgar mis escritos, si algo valen, claro.

Estoy cansada ya de muchas cosas. De ver cómo me quedo atrás, ver cómo no consigo alcanzar absolutamente nada, ver que no me valoran ni un ápice de lo que quizás debería hacer todo el mundo con el mundo. Los juicios no soy malos; es parte de la fórmula para hacer frente a un mundo estimulado por las críticas. Es totalmente recomendable. No me importan los calificativos siempre que se envíen desde el respeto, que a veces hay mucha confusión. 

El título alude especialmente a mi despedida. Porque es lo que espero propinar a este blog. Un adiós permanente, para así poder abrir otra ventana que me vincule a otra vida. Comenzar algo nuevo, diluir el veneno que he ido inyectándome, asentir que puedo ser algo más, no algo menos. Quiero dar mucho de mí, explotarme hasta que se me salten las narices, inclusive. Quiero rozar, palpar y patentar una cima que siempre resultó lejana. Tengo tantos sueños que deberían, obligatoriamente, cumplirse. Tengo tanto recolectado en mi interior, que tengo ganas de regalar mis  cultivos, mis metales preciosos, mi esplendor.
No sé, quizá quiera demostrarme algo. Y si es así, que así sea. 

No tengo ni una sola idea de cómo será lo que construiré. ¡NO SÉ NADA!
Pero le pondré unas ganas e ilusión tremendas.
¿Esto es un adiós, un hasta luego?
Tampoco tengo respuesta para eso. No borraré esta página, ha significado mucho para mí; me ha ayudado...Pero es hora de renovarse, de reencontrarse.

miércoles, 17 de diciembre de 2014

-Nos localizamos en un edificio, sus cristales impiden otear lo que su interior esconde. "Asuntos que no incumben", alega Hermes, el mensajero de los dioses. No podemos concentrarnos en este punto, tenemos que distribuirnos por todo el terreno para cercarlos. Tienen que vernos débiles, frágiles, entonces, así, conseguiremos un resultado.
Mandaremos una ofensiva silenciosa, ya lo decían los franceses, éstas siempre conducían a resultados positivos; no vamos a descartar tal posibilidad.
Están manipulando a seres humanos, señores, eso es lo que sacamos a limpio. Seguramente utilizarán alguna tecnología onírica para poder inducir el sueño y, llegados a ese punto, cambiar el rumbo natural de su curso. Están creando sueños de los sueños propios del sujeto. Necesitamos detener este experimento.  Están atacando la dignidad humana. 

Cada espejo, situado a cada lado de la majestuosa puerta, estaba enmarcado en un neón cada vez más fuerte.

-Están comenzando-, anunció el portavoz. 


Rezagada en el sillón-silla (lo que sea), me encontré con mi reflejo. A veces, mientras la luna se venda los ojos, intenta mantener una conversación conmigo. Me niego a estar hablando conmigo misma. Odio esa sensación; así que, la única solución viable que encuentro es la de huir, salir volando de esa sala de estar macilenta. Cuando, confiada, me sitúo en el jardín de la calle principal de mi barrio, siento la llegada de Soledad; una compañera que desde la temprana edad de nueve años anida en mí, apareciendo de  entre las sombras que dibujan los arbustos para estar conmigo.
Camino para desprenderme de los fantasmas que me persiguen, camino para ahuyentar el peso de mi yo. Es un intento fútil, siempre me reencuentro con ellos. Nuestros paseos nocturnos convergen en la esquina de la calle.
En mi sorpresa, me encuentro junto con Soledad, en la esquina donde trafican aquéllos que siempre divisan mis huellas,  pues siempre se despide cuando los otros irrumpen en la conversación. Esta vez, parece que no tienen ánimo para dar ni  las buenas noches.

Soledad enmudece y yo, a su vera, escucho su respiración. La noche está de luto. Parece que todo el vecindario está siendo espectador de mis delirios. Soledad me mira, no sonríe, simplemente me mira. Siempre tengo que ser yo la que inicia la conversación. Demasiado tedioso para mí. Yo también puedo ser obstinada, querida. Sé que si no hablo yo  nadie más saldrá del callejón como segunda opción. Sin embargo, no me siento incómoda frente al silencio. Me conforta. Perseguiré las pequeñas lunas que alumbran la senda que, quiera o no quiera, me dirige. 
Llegué a un banco y allí conseguí dormir. Lo cierto es que, somos seres nómadas, ¿a que sí, Soledad?








Un golpe invisible exhortó al ser humano a comportarse de otro modo; es como si no fuese realmente un hombre, una mujer o hasta un recién nacido. Las secuelas las heredaron los que, en sus primeros pasos, intentaron entender el mundo, y a los que, en los últimos, conciliarse con él. 

-Estaba sentada y no podía moverme. Mi cuerpo no podía despertar de ese sopor que congelaba al mundo. Todo el personal de la residencia estaba entumecido, sus miradas vacías, viciadas por el ambiente del entorno, viajaban de un lado a otro. Sólo el perro del dueño que vagaba constantemente desde el sótano hasta la segunda planta, parecía estar en sus cabales. O quizá no. Intenté saltar, gritar, hasta sonreír, algo me apresaba. Algo no dejaba franquear la línea de lo convencional; el hábito que llevaba tras de mí durante todos los años de mi vida. Pensé, entonces, que todo esto acabaría; que la vida se había portado demasiado bien conmigo para filtrar más tiempo de lo acordado. Asentí para mis adentros e intentó tomar una bocanada de  aire. Era inútil. <<Tras ese día, las cosas cambiaron, ahora puedo percibirlo, pero entonces, no sólo no podía ser dueña de mí, sino que mis pensamientos empezaban a debilitarse  y caí en la conclusión  de que, tal vez, podía sufrir algún tipo de alteración>>, pensé mientras rememoré los restos de ese día.
Antes de esa pausa que enmudeció al mundo, las personas que lo padecieron tenían un color distinto al que hoy irradian.

El olor a maíz me revolvió el estómago.

 -Realmente, somos capaces de empujar al cuerpo a formular ciertos cambios-continué-, somos capaces de reconocernos ante un espejo y sonreír azorados, y hasta de encontrar a una persona que nos haga desestimar una cuestión que considerábamos certera. Somos capaces de abandonarnos y ampararnos en manos desconocidas. Tendemos a exagerar una situación y hasta gritar ante un auditorio nuestra ideología socio-política. 
Pero cuando nada de eso es posible, cuando nos invalidan como personas, sólo nos queda, como único recurso, la mirada. Deberíamos recapacitar y concluir que, quizá, el mundo nos está dando una alternativa. La de la aprehensión. Cuando a una la dejan en una habitación con veinte personas expectantes, con ojos suplicantes, ante el qué pasará, podemos colegir que esa persona, habrá razonado, obligada, y todos sus intentos habrán acabado en un adiós momentáneo. En esos momentos, quise desconectar, desenchufar el cable que me mantenía con energía y cerrar la puerta que abría una maravillosa exposición de personas sumidas en un sueño; pero era imposible. Nada, nada podía hacer.
<<Sólo el perro continuaba con su rutina>>, recordé.




17-12-2014.

Hoy, un día como otros, intento concentrar todos mis sentidos en uno. Acabar con esta "pequeña" investigación que tengo entre manos.
 Se trata de un libro que saqué de la biblioteca. Un libro bastante rico en contenido (por eso mi demora) filosófico. Hay muchísimos términos que desconozco y, hacedme caso, me exaspera hasta causarme fatiga. Sin embargo, siempre se empieza desde un primer paso (siendo novato).
Deduzco que lo acabaré hoy mismo y, lo más probable, es que me vuelva a leer algunos capítulos que se han ganado mi interés. Como he dicho, me demoraré bastante con esta cuestión y no sólo es ese el motivo de mi impotencia, es que, además de no entender mucho de qué va el asunto, sé que volveré a reservar ese mismo tomo y devorarlo como hoy día estoy haciendo. Tengo que saciar esta curiosidad, buscar lo desconocido con ahínco y resolverlo cuan ecuación matemática.
A parte, estoy considerando la idea de crear otro blog y dedicarlo únicamente a mis estudios personales; y no me incomoda, la verdad. Estoy deseando hacerlo. Pero tengo que ordenar mis horarios si me propongo algo análogo. Y ante todo, ser persistente, y no marginar esta causa. 


Para hoy, una canción que llevo escuchando desde hace unos días y, quieras o no, tranquiliza bastante. 


domingo, 9 de noviembre de 2014

Las personas no se detienen a admirar el cielo, no lo hacen ni por aburrimiento.


¿Estamos predestinados a someternos, a sucumbir?


Cada vez me resulta más difícil enfrentarme a la realidad. Me detengo en cualquier punto y me reconozco débil y fea, hastiada de todo cuanto me rodea. Soy una persona que, alimentada de dolor, voy torciéndome levemente cuando ando, no pondero la cantidad de castigo que me ha definido y ha hecho ser,  hoy día, lo que soy. Soy lo que mi sufrimiento es para mí. Si el grado de dolor es superior seré la misma persona con un grado más extremo; es decir no es sólo la influencia del mártir sino la esencia y consolidación de éste que, como un ente mayúsculo, ha generado en mi historial ontológico. 

Necesitamos de algo que nos proporcione alivio, serenidad, sosiego...
Nos vemos amenazados por los métodos de castigo que nos infligen, por la opresión que nos estrangula; no obstante, ésta no ejerce un poder vejestorio a toda la población sino a aquéllos que destilan ansias de libertad, de independencia, de querer desempeñar un papel en el mundo y  personalizarlo a su manera. 
Queremos ser únicos, diferentes al resto de mortales que nos topamos por el camino de la vida, uno en ocasiones turbulento...¿Y de aquéllos que el sendero que persiguen le es abrupto y apocalíptico? Esas personas no pueden escoger, ni nadie se les ofrece ni arriesga su comodona situación a la de ellos. ¿Realmente nos podemos considerar vecinos?






domingo, 2 de noviembre de 2014

(I) LA QUE SIEMPRE OBSERVA: OMNIPRESENCIA.

Miraba en derredor para asegurar que nadie observaba su magnífica "obra de arte".
Jugueteaba con los trozos  de metal que encontraba en su paso y los lanzaba por donde la oscuridad dulcificaba la explanada. Era el sitio perfecto, lo aseveraba asintiendo con la cabeza en su soledad. Los periódicos inmortalizarían la escena, alabarían su acto, escrutarían su imagen hasta recortarla y pegarla en su despacho. La mirarían día tras día suspirando por él; sin acusaciones, sin penalizar y descatalogar su manera de ejecutar sus tareas pendientes, porque él consideraba que el parricidio era algo que se debía realizar y, de esta manera, los ángeles le otorgarían la  divina sublimidad. Quería abrazar esos atributos y exhibirlos. Protagonizar una escena transcendental, obligando a su público (que se entenderá por público a aquéllos que lean la noticia) subordinarse a él. ¿Qué hace un hombre durante dos meses, sin demora, adentrarse en ese terreno? ¿Urdir planes para derrocar a las autoridades, o dibujar sobre un trozo de manera a niños lacrimosos? 
¿Qué podemos deducir en este comportamiento? 

Los niños aún se dejaban vencer por el sueño, desprotegidos antes cualquier imagen proyectada en ellos, divagando su imaginación desde dragones efervescentes hasta suelos pantanosos sitiados por ánimas condescendientes y altaneras. 
Aún agarraban a su peluche de cama para eximirlos de los ruidos que alteraban su sosiego; aún miraban tras los armarios, por debajo de la cama acobardados por si osaba a visitarlos un ser ficticio que acostumbraba a aparecer por las noches; aún soñaban, reían y comían, clandestinamente, chocolatinas y caramelos. 
Aún soñaban...


martes, 8 de julio de 2014

ESPACIO FLOTANTE.

Me volví a sumergir en la pátina ilusoria que envolvía mi cuerpo. Mis manos contagiadas de una  sustancia viscosa que impregnaba todo cuanto estimaba, combatían por zafarse de sus garras. <<Sí, no   es mentira cuando decidí involucrarme en esto, sólo yo soy la responsable de esta situación>>, me decía, de algún modo, esto reforzaba mi inestable pulso. <<Nadie, absolutamente nadie me empujó al rincón en el que me encuentro. Me he condenado a mí misma...>>; una condena que escocía. 

El ser humano conlleva:  responsabilidad, exigencia, delirio.




Buenas noches. Son las 2:32.
Mis ojos pugnan por mantenerse izados, cuan bandera simbolizando un país, partido u organización. No quieren sucumbir al empalagoso tacto de la almohada. Se niegan. ¿Tan dulce es esa sensación o, quizá, mis sentidos persiguen el gusto dulzón? 
Eso me hace recordar que, sin lugar a dudas, las hormigas , presas de su adulación al azúcar, se abalancen sobre territorio edulcorado. ¡Hay que cuidar las apariencias, vamos a disfrazarnos en agrios limones; están acechando nuestros dominios!
Dichosos los ojos que perciban sus pasos vagando por los oscuros márgenes que les proporcionamos. ¡Dichosos! 
No puedo más, os lo hago saber, mis días han sido bastante infructuosos. No existe razón por la que demorarme, como tampoco por alargar un tema insustancial. 
Aparco. Freno de mano accionado. Tengo una vida que debo resolver. 


miércoles, 2 de julio de 2014

Crítica.

Yo no puedo controlar la elección que decide llevar a cabo una persona. Si aquél comprende el significado de aquéllo que glorifica, me conformo.  No son pocos los que atienden una cuestión, indistinta, y la magnifican atribuyéndole un poder que, salta a la vista, es inalcanzable. Y no es más arriesgado adjudicarle un valor que, por el contrario, refutar y contrastar que pretérita información es verídica. Como síntesis podríamos acomodar conceptos en sus compartimentos y, por si las moscas, exhortar al inexperto o persona que alardea cuestiones que no son de su calibre (rayo el eufemismo), a abandonar la sala de debate o la institución en la que se encuentre. 
Hay días que el tener que desentumecer mi cuerpo y realizar actividades tan ordinarias como hacer la compra, me pesan. Si no fuese por que se insta al cuerpo a una alimentación para su permanencia íntegra, no me complicaría en rebuscar entre los huecos más recónditos de mi piso un par de deportivas y enmendar la búsqueda de una panadería por los dédalos de esta ciudad. En el momento que mis pies conectan con el asfalto, me aferro a una esperanza bastante pobre: ser entre la multitud (adversidad), alguien diferente (dignidad).
Por lo tanto, ¿qué podría aportar una persona como yo en una sociedad como ésta?
Nada. No puedo reivindicar una causa, ya que el resultado me afianzaría el estanco- y claro, expongo este apartado ya que ha sido comprobado- la indiferencia más ensombrecida, más recriminada; no puedo conservar nada...Y no conseguís cumplir vuestras pretensiones con esa táctica, lo único que exaltáis es un ímpetu febril por el estudio y meditación. Y eso son cartas a mi favor. En este escrito, consta de dos partes: la ausencia de preferencia y, en segundo lugar, la impresión más triste, el sabor tan amargo y lúgubre que destila la sociedad. 
No escogí vivir en un siglo que no me pertenecía. 


jueves, 26 de junio de 2014

26-06-2014.

Hoy comenzaré a trabajar. 
Tengo que dar todo  por alcanzar mi propósito.
Estoy...¿contenta?
No me gusta sentirme ociosa.


miércoles, 25 de junio de 2014

25-06-2014.

Nos podemos ver sorprendidos por cualquier situación, por nimia que sea. Hasta por observar a un cachorro acurrucado sobre su madre.
¿Por qué nos sorprenderán actos tan humanos como los de comer, andar, mantener una discusión o, incluso, mirar por el cristal del autobús mientras esperamos nuestra parada?
¿Por qué el ser humano es de naturaleza curiosa?
Al igual que esas escenas alimentan nuestra energía, prestándonos a ella, nosotros nos vemos estimulados por la intriga que otros apuestan en nuestra persona. 
¿Quién no se desconcierta cuando alguien analiza su manera de caminar por el asfalto? 
Todos. Otros envolverán ese pudor en una actitud pasiva, otros, sin embargo, danzarán entre el mar tumultuoso, sitiado por el propio sujeto en el mundo onírico.

(Adiós individuos de esta superficie. Os dejo entretenidos con una película mientras me involucro en una problemática de vida o muerte.)

Al igual que tenemos métodos para defendernos ante los hechos, sean psíquicos como físicos. También los tenemos para incrementar la importancia de las críticas que escupen aquéllos sentados con un objetivo conciso. 
Pero, no son otros  que nosotros mismos. 

(¡Monstruos, monstruos, monstruos!)

Nosotros mismos...
Nosotros mismo...
Nosotros mismos, mismos...





miércoles, 18 de junio de 2014

19/06/2014. Vamos pequeña, tú puedes>>





La vida...su vida se vio interrumpida por un torrente de fracasos. Las derrotas azotaban su tejado hasta infligir su destrozo; los restos del techado intentaron, cual Ícaro con sus alas de cera, huir de la soledad que embargaba su compañía. Lo intentaron, mas consiguieron envolver su esencia. Pero todo derivaría en un vano esfuerzo.
Ella digería la situación. Soledad, soledad, soledad.
Sus manos desvainaban la franqueza, inquietas; resistían a la melancolía de gritar y conseguir que las escuchasen. <<Son simples complementos>>, pensó ella.
¿Cómo te llamas? ¿Por qué tus ojos se anegan de lágrimas?
Ella no consiguió emitir palabra. Solamente balbuceó una canción.

Las cosas se alejan y tú no estás para arroparme;
¿Acaso me has tratado como una bola de piel?
Las cosas se escapan y tú no estás para arroparme;
¿Acaso me has querido desde que compraste un gato?
Gatos, en la oscuridad puedo vislumbrar vuestro movimiento.
(..)



sábado, 17 de mayo de 2014

Sospechosa por nacer.

Noté que sus manos me gritaban auxilio, estaban frías, como si hubieran convivido ,aglutinadas, bajo la atenta mirada de un pescado  en el congelador. Pero, no me sorprendió la rigidez de sus manos tanto como su rostro, pálido y desfigurado. Ahogaba un sufrimiento enfermizo, encarcelado en el irremisible mundo ficticio. Y sin quererlo,  bruñido por  una pátina de mentira que acabaría por consumirla. De manera paulatina, iría  desintegrándose. ¡FIN, UNA VIDA MENOS!
Cuando rocé sus brazos,  me encontraría con una escultura recién esculpida de barro. Resbaladiza, escurriéndose entre el hueco de mis dedos. Observé, estupefacto, la baba de un color sucio que regaló su miedo al público, al contacto, a la hipotética invitación que incita una conversación. Una intimidad. 
Se marchó, se marchó. Ya no hay nada que hacer, se escabulle, esta zalamera, entre los arbustos, para humedecer sus labios en el río que, casualmente, está tras ellos.

La impronta que dejaría influiría en mi vida. Lo sabía. Una mujer sospechosa de disculparse por cada improperio que se adjudicaba. Sospechosa por el rechazo que su madre le confesaría, e incluso por el que ella proyectaría. Sospechosa por su permanencia en ese estanco que ella magnificaría como mar tumultuoso; sospechosa por nacer, por oler, por no saber estimar lo que pudo abarcar con sus brazos. Un todo, una nada.

viernes, 16 de mayo de 2014

Los grillos pueden ausentarse.

Está llorando. Llora más para tu hombre, guapa- imploró una voz desde la oscuridad.

Johana  junto la reproducción de Weezer, escribía relatos imaginándose una vida mejor. Éstos designaban la esperanza de vida de la joven, los estudiaba  detallándolos, incorporando sonidos, acontecimientos que ansiaba protagonizar. Johana fue una chica feliz durante su infancia, al menos eso decían los que continuamente se aglomeraban en torno suyo. Sin embargo, no nos sorprendería escuchar que ella no reconocía tanto la felicidad como la desolación y el desconsuelo  en sus vivencias. 

Mierda, está moviéndose, no quiero que se escape-chasqueó la lengua. 

¿Qué está ocurriendo con Johana? ¿Qué está mirando con tanta expectación?
Un hilo de sangre deambulaba por sus labios bañándolos de un rojo exultante.

-Me ha descubierto- dijo colocándose las  gafas de montura. Su bigote grasiento emanaba un hedor casi insoportable, si concertaba una cita con la joven resultaría un lastre presentarse de esa manera. Debería tomar cartas en el asunto.

El extraño morador de la casa, adicto a la oscuridad, permanente testigo de las conversaciones entre luciérnagas, fue desapareciendo progresivamente. No si antes verse empujado a echar una última ojeada a johana. 

-Mañana vendré...Será otro día, algo magnífico. Te concederé conocerme, amor- se despidió. 

Tranquilidad. La melodía de los grillos enmudeció  desnudando, quizá tomaron un descanso entre cada concierto, los pensamientos de Johana sin conseguir  disminuir el torrente de sangre que despilfarraba. Un instante bastó para apreciar la puesta de Radiohead, creep. El ambiente envuelto en una especie de ensueño quedó camuflado por la sonrisa de la joven. Distaba mucho de ser infeliz en ese momento.

miércoles, 14 de mayo de 2014

14/05/2014

Me he levantado empujada por el malhumorado viento que azotaba, insaciable, los restos de sábana que se desperdigaban por el suelo. Adiós a un buen día, pensé. La vida no me proporcionaría tregua, era impensable. Siempre encontraba un motivo por el que refutar mi estancia en este tormento. ¿Qué hago sin no me sostengo ni en pie? ¿Si no tengo razones por las que levantarme? Dejarlo y estar en paz...

Eso es lo que ha pasado el día de hoy; no encontraba el ímpetu que antaño emergía con tanta naturalidad. No te encuentro brío, no te encuentro por ninguna parte...

Mañana será otro día, ¿verdad?, déjalo claro, si no te organizas todo terminará. Todo. 
Quiero, puedo, debo.
Todo, todo...Todo habrá acabado cuando desaparezca esta nebulosa. Hasta pronto.

Mañana será otro día. 
Veré a el hombre X.
Abrazaré esa esperanza como clavo ardiendo.
Echaré un  vistazo a sus ojos después, apartaré la mirada, modesta.  
Sí, eso es lo que haré.

Él no me atenderá, ni  se molestará en divisarme. No...para él soy indiferente. Un mueble que sirve para adornar la sala de estar o, simplemente, un mueble.
Esa concepción navega por mis pensamientos adjudicándoselos a él, como máximo creador. 
Y vuela el ave para atravesar la vetusta torre. Allí, tras ella, está su familia, pero no consigue avanzar.






sábado, 10 de mayo de 2014

Mundo cápsula: ¡escupe mentiras!


Estudiarse un guión es bastante fácil, y  más aún el improvisarlo. Os exhorto a ello.
No puedo describir lo que sentí cuando expliqué con todo tipo de detalles mi personalidad; sin ambigüedades, sin titubeos, sin rastros de meditación. ¡NO, COMPLETÉ TODAS LAS CASILLAS DE LAS QUE CONSTA LA FALSIFICACIÓN DE CARÁCTER! 
De hecho, tengo que sincerarme: no te deja un mal resabio.
Podría sobrevivir en esta jodida sociedad con una personalidad diferente. En M una  estudiante de arte que patea todos los museos agasajando sus reliquias; en X, estudiante frustrada que pugna por reivindicar sus atributos; en F, estudiante de derecho que lucha por suplir un sistema mezquino a uno con legítima equidad. 
¡Joder, no me extrañaría que lo hiciese más del 60% de la población! 
Incluso yo, siendo víctima de un engaño, agradecería a aquéllos que se molestan en integrar una patraña tras otra en el repertorio que esconden bajo su manga. Gracias.

Tercer piso. 

Despierto. Me he demorado dormitando.
Es fácil; sólo tienes que cerrar los ojos e imaginar que estás en tu casa con un libro o, tan sólo, rezagada en el sillón.
Es increíble lo resguardada que puede hacerte sentir una mentira. Un orden aleatorio de la realidad. En un tiempo diferente.

Cuarta puerta. Fila derecha.

-Tengo una vida ordinaria- pensé. Soy, aún, joven y pertenezco a una generación que puede redimirse de...(Presentaciones)

¿Comprende lo que quiero decir? La vida está para poder aprovechar el tiempo que se adhiere a la piel de uno. Una marca de nacimiento. Si nosotras aunamos nuestras fuerzas para explotar las cualidades que, individualmente, se sitúan tras ellas, podremos combatir la censura. 
¿Comprende lo que quiero decir?

-¿Y qué hacía mientras otros asistían a clase? 
huir, huir, huir.
-Sentarme frente al centro y esperar a que el mundo explotase.
No tienes tan buena suerte, chica. Qué pena.

Y es cierto. Nunca aprecié una explosión. Simplemente me sentaba en el sitio indicado; donde un trozo de madera ennegrecida por el sol matutino vaticinaba mi nombre con trazos rectos e incoloros. Me consolaba el considerar la posibilidad, por remota que fuera, de una explosión inminente. Asir ese hálito de esperanza parecía reconfortar mi mundo de cápsula. Avivándolo.

Cerraba los ojos y contemplaba lo que solamente mi imaginación me proyectaba. ¡Bom, bom! 
Reconstruía los hechos: cenizas.

-Soy convencional- sentencié. 

Dejé atrás la consulta de la psicóloga nombre C.
Hasta el próximo mes.
Mientras caminaba consentí que mis ojos despidiesen una lágrima.



miércoles, 7 de mayo de 2014

Dos días más para la colección.

Buenas tardes. 
Hoy he ido estudiando todos los recovecos que encierra el centro para, única y simplemente, divisar su figura de entre la multitud. Es una responsabilidad que debo realizar con rigurosidad. 
Él no se ha fijado en mí. Curioso dato, pues creía haberle fulminado con la mirada de lo concentrada que estaba en sus movimientos.

Señor X, hombre anónimo, parecido a otro extraño del mundo; le confieso sentir algo.
No quiero morir en el intento. Quiero aunar las fuerzas suficientes para demostrar que no es juego de niños. Me conozco los gestos que propaga por el pasillo central, los pasos que guían su destino. ¡Quiero conocerle, joder!
Y quién me dice a mí que no exagere mis expresiones, que no confunda los sentimientos...Nadie. 

Hoy, a las 12:28 (?), he visto  al hombre por el cual suspiro cada día.
Hoy, a las 12:28 (?),  me hastía el tiempo transcurrido tras su encuentro; no me ha percibido. Me siento decaída. 
Hoy, a las 12:28 (?), he retrocedido mis pasos hasta difuminar el recuerdo tan amargo experimentado.

¿Por qué no intuye lo que está patente?
¿Por qué no se volvió para fijar sus ojos en mí?
¿Por qué no olisqueó la desesperación que gravitaba en el ambiente?
¿Por qué ?

07/05/2014.

El señor X, hoy ha coincidido conmigo por el pasillo central. No me ha mirado, ni yo a él. Al menos sus ojos no se han posado sobre los míos. Quizá mi espalda ha captado su mirada. 
Me quiere, no me quiere...

sábado, 3 de mayo de 2014

03/05/2014

Buenas noches.
Los días suceden como pompas de jabón expulsadas por una cantimplora. Posiblemente esas pompas no sean tan diferentes a como son las personas. Cada una se ciñe a una funcionalidad: la de estimular al propulsor de su vida.
Vagan por el aire conteniendo la respiración e insistiendo por subsistir en la vida humana; una vida que no se acostumbran. 
¿Realmente nosotros, los seres humanos, los causantes del agravante que malogra nuestra tierra, somos tan distintos?

Entre esta reflexión, realmente trivial, procedemos a mi día: nada.

jueves, 1 de mayo de 2014

Volverás a prestar atención. Es inevitable.

Las estrellas intentan comunicarse con nosotros, ¿por qué no accedemos a ese lenguaje astral, simbólico, difícilmente traducible?
O quizá, observando el parpadeo constante de su luz nos facilite la comprensión. 
La pregunta es si ellas quieren intimar con los seres humanos. Muchas de ellas nos instan a estudiarlas, otras, por el contrario, se escabullen como liebres en una zona boscosa. 
No podemos divagar e inventar una historia que jamás existió. Ellas son omnipresentes y coordinan nuestros movimientos, presiden en nuestras intenciones limitándolas y constituyendo una pieza fundamental en nuestra educación: las estrellas inciden en nuestra vida, bañándola de una iluminación única, pura. Imperan en nosotros el espíritu de los astros. 



miércoles, 30 de abril de 2014

30/04/2014. ¿Por qué moldeamos nuestra cara externa cuando nos enfrentamos a alguien?

Día de hoy.
Buenos días. Me siento dolorida, cargada y torpe. ¿Por qué? muy bien, todo debido al sueño. Al no dormir, es un supuesto, mis músculos y articulaciones se resienten, mi cabeza palpita como si en un momento insistiese en explotar. El mal de las cabezas bombeantes.
Y por tanto, no me he podido mover en todo el día. La cama me ha recargado las pilas. 
¡Qué pocas fuerzas cuanto menos hago! 




¿Me protegerás tú de las adversidades?
¿Me abrigarás en noches tumultuosas?
¿Me regalarás tu sabiduría y constancia?










29/04/2014.

Día de hoy.

No he visto al profesor que insisto en recordar y mantener su recuerdo vivo, o al menos la impronta de una mirada, un gesto, un motivo por el que tener paciencia.
¡Paciencia!
Me encantaría, y ya es pedir demasiado, su contacto.Pero lo inevitable está patente en mi día a día. No puedo evocar una imagen y alcanzarla con tanta efectividad. Mi filosofía de vida no es así. 
¿Sopesaré la duda de aceptar su petición o no? 
Estoy hablando de un hipotético caso, una posibilidad. Lo saboreo. Buenos días. 




sábado, 26 de abril de 2014

Desequilibrio.

Buenas noches. 

Escuchando música puedo disipar los fantasmas que pululan por mis pensamientos, alborotándolos. No existe, cuando se trate de ellos, un orden cronológico. Simple embrollo. 
Por cierto, ¿no os sentís que soñáis más despiertos que cuando abandonáis vuestro cuerpo en la cama?
Yo tiendo a soñar despierta con más frecuencia que en el lecho.  Qué curioso.

Realmente no me ha sucedido nada que merezca ser recopilado en este rincón. Un rincón desastroso.

Comienzo con la ausencia del hombre que es objeto de mis pensamientos; su ausencia hace irreparable ese vaivén de estados de ánimo. No puedo desentumecer mis articulaciones, flaquean en el instante que rozan con el viento: esto empieza a franquear lo que parecía ser una banalidad. 
¿Qué haré si sobrepasa los límites de la normalidad? Debo permanecer alerta. 
No exteriorizar, no exteriorizar... ¡Debo interpretar, por favor, no sucumbas y des paso a un sentimiento vacío y hueco. Haz que parezca un obra de teatro!

Una luz, eso es lo que aprecio, un...No puede tratarse de un foco: lo es y concentra su atención en algo, si persigo su impronta solar puedo dar con la respuesta pero, ¿será lo correcto? Parece ensimismado, un foco desaliñado, es probable que sus mocasines con conchas se extraviaran y obligue a sus pies a seguir su curso descalzos. Pero, hay una posibilidad que ese foco esté instruido a captar el movimiento de algún ser. Si mis ojos juegan e intentan atrapar esa huella inerte, ¿podré saber su dirección?


Un silencio se esparce como confeti por la sala, rememoro mi infancia, específicamente la bolsa de golosinas que tendía a exponer en clase. El silencio se comunica conmigo, me insta a materializar ese vestigio de felicidad y abrazarlo. Hago el amago sin atender al cliente, el foco.
Esas golosinas lo eran todo, simbolizaban todo. Me pierdo con ellas. Me pierdo en la infancia...

lunes, 21 de abril de 2014

¿Qué puedes sentir cuando te despropian de lo que, por naturaleza, te corresponde?


jueves, 17 de abril de 2014

Buenos días, ¿sabéis lo que escuchan mis oídos? 
Música; a veces simplemente basta con eso para calibrar el peso que hay sobre tus hombros.

Desde mi ventana el tráfico es imperceptible, no conseguiría dilucidar qué está manchando el asfalto con sus neumáticos. Me sería imposible. 
Cuando alcanzo este estado, un estado de inmunidad, me aíslo y no consigo descifrar el lenguaje de la naturaleza, ni el de símbolos, hasta el lenguaje verbal, inclusive.
Dejarse llevar, aunque suene a pastel recién sacado del horno, es posible.



Al margen de esta introducción debo vaticinar una noticia imperiosa, si cabe más:
Estoy nuevamente obsesionada con un hombre. Ya no es el profesor de económicas, ni tampoco el cabeza de huevo u ovalada; es otro profesor pero ejerce como pasión la química. ¿Por qué yo?, me pregunto de manera tan natural. Siempre debo apreciar esas obsesiones y además, las cuido con mimo.
Me despido, hasta otra.

sábado, 12 de abril de 2014

Tranquilo, amigo. Con un poco de café y pastas todo toma un matiz distinto.

¡Me marcho al psicólogo!
Sí, mi madre lo retenía para así esculpirlo en el momento idóneo, es decir, aquel momento que profundice más la herida perpetuada. Mi madre es la típica mujer que concuerda una cita y la difunde, no sin antes prometerse así misma que será dolorosa y esa noticia no admita demora. Todo controlado. 

Aunque, ciñéndome a la realidad, lo más fiel posible; sí es cierto que mi salud mental sufre deterioros y constantes recaídas. <<¿Necesitaré ayuda de un profesional?>> pensaba en múltiples ocasiones. Sin embargo, nunca quise abrazar la opción de esa presentación. No confío en los psicólogos, simplificando, no confío en ninguna persona. Y me encanta ser así.

No me gusta esta entrada. Hasta otra. No aspiro inspiración, sólo suciedad. 

viernes, 11 de abril de 2014

Buenos días. Me he rendido. Pero quizá las razones por las que lo he hecho han sido justas, aunque tampoco estoy completamente segura.
Comenzando; no me he presentado a un examen, los conocimientos no los he asentado y no me encuentro entusiasta. Sí, deprimente. Pero no puedo luchar conmigo misma, soy terca y la probabilidad de ganar esa contienda es más bien dudosa. Por lo tanto, adiós mundo. Ante lo improbable, un momentáneo descanso.

jueves, 10 de abril de 2014

<<Así que esto es lo que se siente cuando uno se enamora>>, pensó. 
No tenía lógica alguna, apenas la conocía. Pero, con todo, era eso lo que sentía. Acababa de conocer a la mujer que, de alguna manera, conocía desde antes de nacer. La medida de todos los sueños que nunca se había atrevido a satisfacer.
<<La gente dice: "tienes que superarlo, tienes que superarlo", pero... ¿para qué? ¿Para vivir esta maldita vida? ¿Cómo voy a olvidarte? De momento, no lo he conseguido, y ¿cómo se supone que debo hacerlo?
Lo único que me pregunto es cómo se supone que debo dejarte marchar. Quiero abrazarte otra vez, olerte...y, sí, también quiero que desaparezcas. Por favor, por favor, desaparece...>>


Se echó un poco de azúcar en el café y lo removió despacio con la cucharada.
Tomó un sorbo. El café, aguado, era insípido; más que en esencia, parecía estar presente de manera simbólica, no real. <<¿Pero qué diablos estoy haciendo aquí?>>, se preguntó Komura con extrañeza. 

¿Frustración?

Buenos días, tardes, noches. Escoged.

(Modo frustración)

¿Las personas qué nos indican? ¿Las personas qué representan?
No comprendo el porqué de formular esas preguntas, al igual que no comprendo por qué me encuentro tan apática. ¿Me comprendéis? No me sostengo en pie; mi mirada converge en un punto dudoso y poco fiable; yo misma no reconozco estos síntomas, no sé qué ocurre. Veo sombras que me invitan a la desconfianza...
¿Hasta dónde puede llegar una persona para alcanzar armonía, sosiego?

Rózala, rózala, rózala...

martes, 8 de abril de 2014

Lectura y café.

Buenas noches, ahora sí.

Esta noche tengo que estudiar, sí o sí; ayer me enfrasqué con lógica y, por ahora puedo desenvolverme sin ayuda, pero el estudio que prevalecía como pendiente no le proporcioné una mayor insistencia. Leí, leí, pero ese énfasis que le brindo a aquéllas lecturas psicológicas que tanto estimo, no. Por lo  tanto debo compensar esta noche para no desarrollar el patentado estado de inutilidad con el que me encuentro. ¡No, quiero ser útil, alguien que vive con la búsqueda intensiva del conocimiento!
No soy de quedarme en el sofá y esperar que algo extraordinario ocurra. No, eso no debería considerarse opcional.
Por lo tanto, hoy, tras leer y disfrutar del café con el que suelo recargar mi cuerpo, emprenderé el estudio ansiado.


En definitiva, estas cosas son las causantes de mis preocupaciones, las que amenazan una inminente recaída a los pensamientos pesimistas y fútiles. No me invade los hombres anónimos y, curiosamente, más  mayores que yo; ni tampoco esas personas que rastrean la falsedad para personificarla. No, dejo al margen esa basura. Prefiero pensar en lo que me puede ocurrir si no estudio, porque se sabe que soy demasiado holgazana para instalarme en el escritorio con el propósito que reza sobre una placa: "devorar responsabilidades". En parte odio ser así. Me gustaría ser más seria.
Pero si he nacido así, culpemos a los progenitores. Yo si fuera ellos comprendería esta acusación. 


lunes, 7 de abril de 2014

Resumen.

Buenas noches.

Os comenté que el hombre que protagonizó el apolíneo héroe de mis fantasías se vio interrumpido por otro individuo, para identificarlo podemos incluirlo en  la clase  de hombres con cabeza ovalada o de huevo (como guste). 
Ese hombre permaneció en mí durante largo tiempo, se apropió de mis ensoñaciones ilustrándolas y aportándole ese matiz dulce y, a la vez, por extraño que parezca, egolatra del que hace gala.

En definitiva, así están las cosas por el momento, no obstante, surge un sombra de especulación que baña todo atisbo de esperanza. Lo hace con ahínco hasta ensombrecer la lozanía que muestra una joven al hacer frente a una infantil ilusión.
Esa oscuridad se refleja en cada uno de mis pasos; los aúna junto a todas las insinuaciones e intenciones que se malograron al verse una respondida con una mirada hostil.
Hoy día, dejo al cabeza de huevo, levemente ovalada (por incluir los dos adjetivos) y me inmiscuyo en sintetizar varios aspectos de mi vida: el primero, por qué encuentro atractivos a hombres que superan los cincuenta años; y segundo por qué no estaré estudiando ahora mismo, atiborrándome de café y bebidas energéticas, y, como guinda, golosinas envueltas en capas de azúcar. 

Buenas noches; sin embargo, confío que aún se puede desear las buenas tardes.





sábado, 5 de abril de 2014

Ignoran todo.

Relájate. Te dicen. Respira. 

Pero en el fondo no conocen tu dolencia, la insistencia que ofreces a esa causa, a ese motivo adyacente. No conocen nada sobre ti; ni lo que giran en derredor ni mucho menos la reminiscencia que queda presa en tus recuerdos. Desconocen todo.

¿Por qué seré así?, me pregunto más de una vez. 





viernes, 4 de abril de 2014

INTENTO FALLIDO.

Ya está. Siento cómo el estado de énfasis que antes podía sopesar se deteriora hasta reducirse a una tristeza y hastío inconfundibles. 
Esto resulta molesto y frustrante.
Comienzo a padecer una serio peso sobre mi espalda; no consigo alzarlo. No puedo eximirme de él. Está ahí, ¿verdad?, sí, se mantiene rígido, aséptico, neutral; surca todos los recovecos de mi cuerpo proporcionándome un dolor casi placentero. No soporto la idea de llorar por un dolor perturbable. Quiero reír, reír, reír hasta  desnudar esta alma pasiva, sin motivación. Quiero ser feliz y enterrar lo maligno y poco fiable.

Intento superar esto...pero, inevitablemente, no puedo domar mis sentimientos. 
Puedo camuflarlos sin  estabilizarlos. Adiós inteligencia emocional. 

Sensación.

-¿Por qué nadie más vio nada?-

-No sé- dijo Adrián-. La gente vuelve a su casa. Quiere su cena. Quiere ver a su familia. Cierran la puerta de la calle y dan por terminado el día.  ¿Quién está mirando lo que ocurre en la calle a esa hora del día? ¿Quién está buscando algo fuera de lo común? No mucha gente, detective. Las personas buscan rutina. Buscan la normalidad. Eso es lo que esperan. 





Buenos días. Hoy es día libre. Me pasaré el día estudiando y más tarde, a las ocho y media, quedaré con mi EX profesora (amiga). Ayer concerté una cita para poder conversar con ella de temas varios; ojalá me aconseje y no se decante por la indiferencia, como los miembros de mi familia suelen recurrir. 
El día por ahora va de viento en popa, ¡qué la azarosa vida no me descomponga esta legítima armonía!
Aún así, ¿qué sería de mí sin esos cambios repentinos que a una descolocan?
Yo sirvo para eso; para relatar cada contradicción de la que soy objeto.
Pero...hoy está manso el mar de la discordia. ¿Cuándo se manifestará?