miércoles, 30 de abril de 2014

30/04/2014. ¿Por qué moldeamos nuestra cara externa cuando nos enfrentamos a alguien?

Día de hoy.
Buenos días. Me siento dolorida, cargada y torpe. ¿Por qué? muy bien, todo debido al sueño. Al no dormir, es un supuesto, mis músculos y articulaciones se resienten, mi cabeza palpita como si en un momento insistiese en explotar. El mal de las cabezas bombeantes.
Y por tanto, no me he podido mover en todo el día. La cama me ha recargado las pilas. 
¡Qué pocas fuerzas cuanto menos hago! 




¿Me protegerás tú de las adversidades?
¿Me abrigarás en noches tumultuosas?
¿Me regalarás tu sabiduría y constancia?










29/04/2014.

Día de hoy.

No he visto al profesor que insisto en recordar y mantener su recuerdo vivo, o al menos la impronta de una mirada, un gesto, un motivo por el que tener paciencia.
¡Paciencia!
Me encantaría, y ya es pedir demasiado, su contacto.Pero lo inevitable está patente en mi día a día. No puedo evocar una imagen y alcanzarla con tanta efectividad. Mi filosofía de vida no es así. 
¿Sopesaré la duda de aceptar su petición o no? 
Estoy hablando de un hipotético caso, una posibilidad. Lo saboreo. Buenos días. 




sábado, 26 de abril de 2014

Desequilibrio.

Buenas noches. 

Escuchando música puedo disipar los fantasmas que pululan por mis pensamientos, alborotándolos. No existe, cuando se trate de ellos, un orden cronológico. Simple embrollo. 
Por cierto, ¿no os sentís que soñáis más despiertos que cuando abandonáis vuestro cuerpo en la cama?
Yo tiendo a soñar despierta con más frecuencia que en el lecho.  Qué curioso.

Realmente no me ha sucedido nada que merezca ser recopilado en este rincón. Un rincón desastroso.

Comienzo con la ausencia del hombre que es objeto de mis pensamientos; su ausencia hace irreparable ese vaivén de estados de ánimo. No puedo desentumecer mis articulaciones, flaquean en el instante que rozan con el viento: esto empieza a franquear lo que parecía ser una banalidad. 
¿Qué haré si sobrepasa los límites de la normalidad? Debo permanecer alerta. 
No exteriorizar, no exteriorizar... ¡Debo interpretar, por favor, no sucumbas y des paso a un sentimiento vacío y hueco. Haz que parezca un obra de teatro!

Una luz, eso es lo que aprecio, un...No puede tratarse de un foco: lo es y concentra su atención en algo, si persigo su impronta solar puedo dar con la respuesta pero, ¿será lo correcto? Parece ensimismado, un foco desaliñado, es probable que sus mocasines con conchas se extraviaran y obligue a sus pies a seguir su curso descalzos. Pero, hay una posibilidad que ese foco esté instruido a captar el movimiento de algún ser. Si mis ojos juegan e intentan atrapar esa huella inerte, ¿podré saber su dirección?


Un silencio se esparce como confeti por la sala, rememoro mi infancia, específicamente la bolsa de golosinas que tendía a exponer en clase. El silencio se comunica conmigo, me insta a materializar ese vestigio de felicidad y abrazarlo. Hago el amago sin atender al cliente, el foco.
Esas golosinas lo eran todo, simbolizaban todo. Me pierdo con ellas. Me pierdo en la infancia...

lunes, 21 de abril de 2014

¿Qué puedes sentir cuando te despropian de lo que, por naturaleza, te corresponde?


jueves, 17 de abril de 2014

Buenos días, ¿sabéis lo que escuchan mis oídos? 
Música; a veces simplemente basta con eso para calibrar el peso que hay sobre tus hombros.

Desde mi ventana el tráfico es imperceptible, no conseguiría dilucidar qué está manchando el asfalto con sus neumáticos. Me sería imposible. 
Cuando alcanzo este estado, un estado de inmunidad, me aíslo y no consigo descifrar el lenguaje de la naturaleza, ni el de símbolos, hasta el lenguaje verbal, inclusive.
Dejarse llevar, aunque suene a pastel recién sacado del horno, es posible.



Al margen de esta introducción debo vaticinar una noticia imperiosa, si cabe más:
Estoy nuevamente obsesionada con un hombre. Ya no es el profesor de económicas, ni tampoco el cabeza de huevo u ovalada; es otro profesor pero ejerce como pasión la química. ¿Por qué yo?, me pregunto de manera tan natural. Siempre debo apreciar esas obsesiones y además, las cuido con mimo.
Me despido, hasta otra.

sábado, 12 de abril de 2014

Tranquilo, amigo. Con un poco de café y pastas todo toma un matiz distinto.

¡Me marcho al psicólogo!
Sí, mi madre lo retenía para así esculpirlo en el momento idóneo, es decir, aquel momento que profundice más la herida perpetuada. Mi madre es la típica mujer que concuerda una cita y la difunde, no sin antes prometerse así misma que será dolorosa y esa noticia no admita demora. Todo controlado. 

Aunque, ciñéndome a la realidad, lo más fiel posible; sí es cierto que mi salud mental sufre deterioros y constantes recaídas. <<¿Necesitaré ayuda de un profesional?>> pensaba en múltiples ocasiones. Sin embargo, nunca quise abrazar la opción de esa presentación. No confío en los psicólogos, simplificando, no confío en ninguna persona. Y me encanta ser así.

No me gusta esta entrada. Hasta otra. No aspiro inspiración, sólo suciedad. 

viernes, 11 de abril de 2014

Buenos días. Me he rendido. Pero quizá las razones por las que lo he hecho han sido justas, aunque tampoco estoy completamente segura.
Comenzando; no me he presentado a un examen, los conocimientos no los he asentado y no me encuentro entusiasta. Sí, deprimente. Pero no puedo luchar conmigo misma, soy terca y la probabilidad de ganar esa contienda es más bien dudosa. Por lo tanto, adiós mundo. Ante lo improbable, un momentáneo descanso.

jueves, 10 de abril de 2014

<<Así que esto es lo que se siente cuando uno se enamora>>, pensó. 
No tenía lógica alguna, apenas la conocía. Pero, con todo, era eso lo que sentía. Acababa de conocer a la mujer que, de alguna manera, conocía desde antes de nacer. La medida de todos los sueños que nunca se había atrevido a satisfacer.
<<La gente dice: "tienes que superarlo, tienes que superarlo", pero... ¿para qué? ¿Para vivir esta maldita vida? ¿Cómo voy a olvidarte? De momento, no lo he conseguido, y ¿cómo se supone que debo hacerlo?
Lo único que me pregunto es cómo se supone que debo dejarte marchar. Quiero abrazarte otra vez, olerte...y, sí, también quiero que desaparezcas. Por favor, por favor, desaparece...>>


Se echó un poco de azúcar en el café y lo removió despacio con la cucharada.
Tomó un sorbo. El café, aguado, era insípido; más que en esencia, parecía estar presente de manera simbólica, no real. <<¿Pero qué diablos estoy haciendo aquí?>>, se preguntó Komura con extrañeza. 

¿Frustración?

Buenos días, tardes, noches. Escoged.

(Modo frustración)

¿Las personas qué nos indican? ¿Las personas qué representan?
No comprendo el porqué de formular esas preguntas, al igual que no comprendo por qué me encuentro tan apática. ¿Me comprendéis? No me sostengo en pie; mi mirada converge en un punto dudoso y poco fiable; yo misma no reconozco estos síntomas, no sé qué ocurre. Veo sombras que me invitan a la desconfianza...
¿Hasta dónde puede llegar una persona para alcanzar armonía, sosiego?

Rózala, rózala, rózala...

martes, 8 de abril de 2014

Lectura y café.

Buenas noches, ahora sí.

Esta noche tengo que estudiar, sí o sí; ayer me enfrasqué con lógica y, por ahora puedo desenvolverme sin ayuda, pero el estudio que prevalecía como pendiente no le proporcioné una mayor insistencia. Leí, leí, pero ese énfasis que le brindo a aquéllas lecturas psicológicas que tanto estimo, no. Por lo  tanto debo compensar esta noche para no desarrollar el patentado estado de inutilidad con el que me encuentro. ¡No, quiero ser útil, alguien que vive con la búsqueda intensiva del conocimiento!
No soy de quedarme en el sofá y esperar que algo extraordinario ocurra. No, eso no debería considerarse opcional.
Por lo tanto, hoy, tras leer y disfrutar del café con el que suelo recargar mi cuerpo, emprenderé el estudio ansiado.


En definitiva, estas cosas son las causantes de mis preocupaciones, las que amenazan una inminente recaída a los pensamientos pesimistas y fútiles. No me invade los hombres anónimos y, curiosamente, más  mayores que yo; ni tampoco esas personas que rastrean la falsedad para personificarla. No, dejo al margen esa basura. Prefiero pensar en lo que me puede ocurrir si no estudio, porque se sabe que soy demasiado holgazana para instalarme en el escritorio con el propósito que reza sobre una placa: "devorar responsabilidades". En parte odio ser así. Me gustaría ser más seria.
Pero si he nacido así, culpemos a los progenitores. Yo si fuera ellos comprendería esta acusación. 


lunes, 7 de abril de 2014

Resumen.

Buenas noches.

Os comenté que el hombre que protagonizó el apolíneo héroe de mis fantasías se vio interrumpido por otro individuo, para identificarlo podemos incluirlo en  la clase  de hombres con cabeza ovalada o de huevo (como guste). 
Ese hombre permaneció en mí durante largo tiempo, se apropió de mis ensoñaciones ilustrándolas y aportándole ese matiz dulce y, a la vez, por extraño que parezca, egolatra del que hace gala.

En definitiva, así están las cosas por el momento, no obstante, surge un sombra de especulación que baña todo atisbo de esperanza. Lo hace con ahínco hasta ensombrecer la lozanía que muestra una joven al hacer frente a una infantil ilusión.
Esa oscuridad se refleja en cada uno de mis pasos; los aúna junto a todas las insinuaciones e intenciones que se malograron al verse una respondida con una mirada hostil.
Hoy día, dejo al cabeza de huevo, levemente ovalada (por incluir los dos adjetivos) y me inmiscuyo en sintetizar varios aspectos de mi vida: el primero, por qué encuentro atractivos a hombres que superan los cincuenta años; y segundo por qué no estaré estudiando ahora mismo, atiborrándome de café y bebidas energéticas, y, como guinda, golosinas envueltas en capas de azúcar. 

Buenas noches; sin embargo, confío que aún se puede desear las buenas tardes.





sábado, 5 de abril de 2014

Ignoran todo.

Relájate. Te dicen. Respira. 

Pero en el fondo no conocen tu dolencia, la insistencia que ofreces a esa causa, a ese motivo adyacente. No conocen nada sobre ti; ni lo que giran en derredor ni mucho menos la reminiscencia que queda presa en tus recuerdos. Desconocen todo.

¿Por qué seré así?, me pregunto más de una vez. 





viernes, 4 de abril de 2014

INTENTO FALLIDO.

Ya está. Siento cómo el estado de énfasis que antes podía sopesar se deteriora hasta reducirse a una tristeza y hastío inconfundibles. 
Esto resulta molesto y frustrante.
Comienzo a padecer una serio peso sobre mi espalda; no consigo alzarlo. No puedo eximirme de él. Está ahí, ¿verdad?, sí, se mantiene rígido, aséptico, neutral; surca todos los recovecos de mi cuerpo proporcionándome un dolor casi placentero. No soporto la idea de llorar por un dolor perturbable. Quiero reír, reír, reír hasta  desnudar esta alma pasiva, sin motivación. Quiero ser feliz y enterrar lo maligno y poco fiable.

Intento superar esto...pero, inevitablemente, no puedo domar mis sentimientos. 
Puedo camuflarlos sin  estabilizarlos. Adiós inteligencia emocional. 

Sensación.

-¿Por qué nadie más vio nada?-

-No sé- dijo Adrián-. La gente vuelve a su casa. Quiere su cena. Quiere ver a su familia. Cierran la puerta de la calle y dan por terminado el día.  ¿Quién está mirando lo que ocurre en la calle a esa hora del día? ¿Quién está buscando algo fuera de lo común? No mucha gente, detective. Las personas buscan rutina. Buscan la normalidad. Eso es lo que esperan. 





Buenos días. Hoy es día libre. Me pasaré el día estudiando y más tarde, a las ocho y media, quedaré con mi EX profesora (amiga). Ayer concerté una cita para poder conversar con ella de temas varios; ojalá me aconseje y no se decante por la indiferencia, como los miembros de mi familia suelen recurrir. 
El día por ahora va de viento en popa, ¡qué la azarosa vida no me descomponga esta legítima armonía!
Aún así, ¿qué sería de mí sin esos cambios repentinos que a una descolocan?
Yo sirvo para eso; para relatar cada contradicción de la que soy objeto.
Pero...hoy está manso el mar de la discordia. ¿Cuándo se manifestará?



jueves, 3 de abril de 2014

COMIENZO.

Buenas tardes; son las 18:09.

Estaba totalmente solo en ese momento y habría sido agradable volver a llenar su vida con las personas a quienes había querido alguna vez, sin considerar si todavía existían o no, sin importar el tiempo que hiciera que hubieran abandonado esta tierra. 






He postergado los sueños que ansío manifestar. Dadme tiempo.

martes, 1 de abril de 2014