El ser humano conlleva: responsabilidad, exigencia, delirio.
Buenas noches. Son las 2:32.
Mis ojos pugnan por mantenerse izados, cuan bandera simbolizando un país, partido u organización. No quieren sucumbir al empalagoso tacto de la almohada. Se niegan. ¿Tan dulce es esa sensación o, quizá, mis sentidos persiguen el gusto dulzón?
Eso me hace recordar que, sin lugar a dudas, las hormigas , presas de su adulación al azúcar, se abalancen sobre territorio edulcorado. ¡Hay que cuidar las apariencias, vamos a disfrazarnos en agrios limones; están acechando nuestros dominios!
Dichosos los ojos que perciban sus pasos vagando por los oscuros márgenes que les proporcionamos. ¡Dichosos!
No puedo más, os lo hago saber, mis días han sido bastante infructuosos. No existe razón por la que demorarme, como tampoco por alargar un tema insustancial.
Aparco. Freno de mano accionado. Tengo una vida que debo resolver.