jueves, 26 de junio de 2014

26-06-2014.

Hoy comenzaré a trabajar. 
Tengo que dar todo  por alcanzar mi propósito.
Estoy...¿contenta?
No me gusta sentirme ociosa.


miércoles, 25 de junio de 2014

25-06-2014.

Nos podemos ver sorprendidos por cualquier situación, por nimia que sea. Hasta por observar a un cachorro acurrucado sobre su madre.
¿Por qué nos sorprenderán actos tan humanos como los de comer, andar, mantener una discusión o, incluso, mirar por el cristal del autobús mientras esperamos nuestra parada?
¿Por qué el ser humano es de naturaleza curiosa?
Al igual que esas escenas alimentan nuestra energía, prestándonos a ella, nosotros nos vemos estimulados por la intriga que otros apuestan en nuestra persona. 
¿Quién no se desconcierta cuando alguien analiza su manera de caminar por el asfalto? 
Todos. Otros envolverán ese pudor en una actitud pasiva, otros, sin embargo, danzarán entre el mar tumultuoso, sitiado por el propio sujeto en el mundo onírico.

(Adiós individuos de esta superficie. Os dejo entretenidos con una película mientras me involucro en una problemática de vida o muerte.)

Al igual que tenemos métodos para defendernos ante los hechos, sean psíquicos como físicos. También los tenemos para incrementar la importancia de las críticas que escupen aquéllos sentados con un objetivo conciso. 
Pero, no son otros  que nosotros mismos. 

(¡Monstruos, monstruos, monstruos!)

Nosotros mismos...
Nosotros mismo...
Nosotros mismos, mismos...





miércoles, 18 de junio de 2014

19/06/2014. Vamos pequeña, tú puedes>>





La vida...su vida se vio interrumpida por un torrente de fracasos. Las derrotas azotaban su tejado hasta infligir su destrozo; los restos del techado intentaron, cual Ícaro con sus alas de cera, huir de la soledad que embargaba su compañía. Lo intentaron, mas consiguieron envolver su esencia. Pero todo derivaría en un vano esfuerzo.
Ella digería la situación. Soledad, soledad, soledad.
Sus manos desvainaban la franqueza, inquietas; resistían a la melancolía de gritar y conseguir que las escuchasen. <<Son simples complementos>>, pensó ella.
¿Cómo te llamas? ¿Por qué tus ojos se anegan de lágrimas?
Ella no consiguió emitir palabra. Solamente balbuceó una canción.

Las cosas se alejan y tú no estás para arroparme;
¿Acaso me has tratado como una bola de piel?
Las cosas se escapan y tú no estás para arroparme;
¿Acaso me has querido desde que compraste un gato?
Gatos, en la oscuridad puedo vislumbrar vuestro movimiento.
(..)