viernes, 25 de septiembre de 2015

Ha sido un verano distinto. Con bajas y sus respectivas pérdidas; con alegrías dentro de la fatalidad de un adiós; con ambiciones y nuevos objetivos prescritos. Una tentativa al cambio. He comprendido muchas cosas que pasaban desapercibidas; he estancado mi ánimo para dar comienzo al pesimismo más tedioso. Tengo un gato que agradece la compañía. Como he dicho, ha sido un verano distinto y memorable. La investigación que un día comencé la aparté para concentrar mis fuerzas en un bien individual. Mejor sería decir: un interés individual.  Superé las pruebas; superé a una familia que subestimaba el valor de mi capacidad personal. Un conjunto de acontecimientos que acabaron por definir el día de hoy.

Quiero adentrarme en algo nuevo, deshacerme de lo que ya empezaba a almacenar polvo. No quiero limpiar ningún trasto, no; quiero renovar esta vida. Esto es una invitación a lo que podría llegar a ser un mundo mejor. Lejos de lo que he vivido estos últimos años.

martes, 1 de septiembre de 2015

Aquí llegó. Hasta aquí, debo decir, que acabó. Cuesta despedir una etapa de tu vida pero, lo más sensato es limpiar esa estantería que almacena polvo. Un polvo que resulta, al tiempo, nocivo para tu salud. ¡Abrid ventanas, hay que ventilar este cuartucho! 

Los días acababan siendo débiles comparándose con la capacidad de un individuo a continuar, la resiliencia, de resistir cualquier situación que se presente.  Los días pasan desapercibidos. Sin el menos disimulo acaban acomodándose a tu espalda hasta presionarte. No sé...quizá sea yo, pero he de decir que el tiempo no está a favor de nadie, por el contrario actúa en detrimento del hombre. 
Acentúa su presencia y nos deja un vacío que acaba por transformarse en angustia.